Las niñas de la Tahuichi “pelotean” por un futuro en el fútbol internacional

5 marzo, 2025

A Lucero Solar Ávila siempre le ha gustado “patear pelota”. Lo cuenta su madre, Rosmery Ávila, en un momento previo al entrenamiento de la niña de 12 años, en la Academia de Fútbol Tahuichi Aguilera. “Ella nunca quiso clases de ballet ni nada parecido”, indica. “Por eso llegamos acá y le dieron una beca”. 

Practica el balompié desde 2021; lo hace con el equipo Florida. Es su padre, Mario Solar, quien todos los días, de 16:00 a 18:00 h, la lleva a los entrenamientos. “¡Juuu! Él es chocho de que su hija esté en este deporte”, expresa la señora. Su esposo no oculta el orgullo que siente por su niña, con quien hizo un compromiso para que ponga más empeño en sus estudios y sus calificaciones escolares se mantengan altas.  

La Fundación Nacional Vida Segura posibilita alianzas estratégicas con organismos internacionales en beneficio de las futbolistas.

El hombre asegura que desde que está “peloteando”, Lucero es más dinámica y está más pendiente de sus quehaceres. Sabe que su hija no lo defraudará y que se superará constantemente. Agradece a la Tahuichi por la beca que le concedieron y, sobre todo, por haber incluido mujeres en la práctica del fútbol, una acción promovida por la Fundación Nacional Vida Segura. 

La pequeña, que juega en el lateral derecho, asiste al colegio por las mañanas; cursa el 1ro de Secundaria. Después de almorzar y descansar, va a los entrenamientos y regresando hace las tareas. “¡Qué va a tener flojera! Ella tiene que esforzarse por su futuro. Siendo una futbolista profesional ella podría incluso salir a jugar al exterior. Entonces, tiene que aprovechar la oportunidad que tiene”, sostiene la madre. 

Algo que siempre ella recomienda a su niña es que juegue con cuidado, que no lo haga bruscamente porque una lesión grave podría frustrar sus sueños. “Felizmente, nunca me ha llegado lastimada ni ha lesionado a nadie; es algo que también las chicas aprenden aquí en la Tahuichi, a jugar limpio”, dice. 

Actualmente en la Academia Tahuichi, más de 500 niñas practican el balompié y van camino a la profesionalización.

La familia Solar Ávila la completan dos hijos más: un joven de 22 años y un niño de nueve. A ambos también les apasiona el fútbol; él estuvo en la Tahuichi cuando era chico y al salir bachiller quiso estudiar para ser profesor de Educación Física, pero no tuvo suerte. El más pequeño va a la academia con su hermana. 

Rosmery confiesa que ella es la única en su casa a la que no le llama la atención el fútbol. Siendo más joven, su esposo jugaba de arquero y hasta fue coordinador de equipos. Ahora, él no se pierde un clásico de Blooming con sus tres futboleros.